
Comenzar a opositar a la vuelta de las vacaciones
Septiembre es ese mes que, para muchos, significa nuevos propósitos, objetivos y metas por alcanzar. Un nuevo inicio después de las vacaciones, asociado al inicio de curso escolar, aunque el olor a libros nuevos quede ya muy lejano. Tradicionalmente ha sido también el mes en el que jóvenes y no tan jóvenes, recién graduados y mayores en busca de nuevos horizontes toman una decisión: opositar.
La Escuela de Oposiciones Herrera Oria recibe durante este mes nuevos alumnos que tienen una primera entrevista con sus futuros preparadores para ahondar más en lo que significa un proceso de oposición; las horas de estudio, los sacrificios, los años de media para aprobar, el temario y las distintas fases por las que puedes pasar. Una vez convencido de que es la opción deseada ¡hay que ponerse a estudiar!

Un buen momento para opositar
Dos nuevos opositores repasan en silencio las indicaciones que les acaba de dar uno de los preparadores de la oposición a abogacía del Estado en las instalaciones de la Fundación Pablo VI. “La próxima convocatoria saldrá en año y medio. Esta es una oposición pequeña, en la que suelen salir unas 45 plazas, pero se prevé que ese número se incremente hasta las 70 aproximadamente en los próximos años”, explica el preparador. La razón es la jubilación de la llamada “generación baby boom”, muy cuantiosa y representada en la administración pública, que dejará numerosos puestos vacantes. Pero, aunque las plazas aumenten, el secreto para obtener un puesto es, sin duda, estudiar lo que te gusta porque las horas de estudio son muchas. Opositar al cuerpo de Abogacía del Estado supone dedicar 9 horas a hincar los codos durante 6 días a la semana como media. Un tiempo similar o mayor se puede invertir en otras oposiciones a altos cargos de la administración pública.
Uno de los grupos más numerosos es el de opositores a registradores. Esta tarde hay más de 10 atendiendo las explicaciones del preparador, muchos de ellos acabaron la universidad en junio. Tienen sus ojos puestos en la siguiente convocatoria de registros, que se espera para el año que viene con más plazas que la anterior, también debido a las jubilaciones. Esta es su segunda clase y todavía están terminando las presentaciones y aclarando conceptos básicos antes de entrar en materia.
Vivir y estudiar en el mismo edificio
Algunos de los opositores y opositoras de la Escuela de Oposiciones Herrera Oria sólo tienen que bajar las escaleras o cruzar el pasillo para llegar al aula donde le espera el preparador. Han decidido vivir en las residencias León XIII, Pío XI o San Alberto Magno ubicadas, al igual que la escuela, en la sede de la Fundación Pablo VI. Una opción perfecta para economizar tiempo en traslados. Además, los estudiantes encuentran en estas residencias el ambiente adecuado para un opositor; silencio, necesidades básicas cubiertas, ambiente de estudio y compañeros que te comprenden porque están en la misma situación que tú.
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